Quiero comenzar estas líneas señalando que he recibido diversos mensajes de aficionados – como yo- a muerte de cruz azul en los que me piden escriba mi punto de vista o mi opinión acerca de la crisis por la que pasa nuestro equipo.
Si bien cuando me “vetó” Cruz Azul opté por no escribir más ya que ni me pensaba dedicar a ser periodista ni mucho menos alguien que esté en reiteradas críticas hacia mi querido equipo, hoy lo hago porque me nace y porque quisiera por primera vez esto llegue a oídos de los mandos del equipo quienes para mí son los únicos responsables de esta prolongada crisis, también para que todos los que formamos esta hermandad llamada afición del equipo nos demos cuenta sobre la difícil tarea que es ser seguidor de la máquina, tarea que no es para cualquiera.
Debo decir que nosotros como afición somos co-responsables del mal que padece nuestro equipo y les diré por qué; somos una afición tan noble pero tan ávida de triunfos y de figuras, puesto que la última que tuvimos al menos que yo recuerde fue “El conejo” Pérez, de ahí en más todos han sido jugadores que quizá –uno que otro- se han identificado con la afición pero nadie, repito, creo yo ha hecho algo significativo o que deje un legado para ser nombrado “figura” o “leyenda”.
Somos una afición que sufrimos cada eliminación, cada partido importante como si fuera parte de nuestras vidas, lo esperamos, nos desvelamos, vemos la previa, lloramos, nos enojamos y hasta estoy seguro nos afecta en nuestra vida cotidiana, ¿saben qué es lo malo? Que ya nos estamos acostumbrando, ya el tecnicismo utilizado como “cruzazulear” nos suena chusco, cuando deberíamos de sentir un poco de pena y hasta coraje que nuestro equipo siempre sea más reconocido por pecho frío que por ganador como un día lo fue.
Incluso me atrevo a decir que somos una afición conformista, no conozco alguien de ningún equipo que se haga tantas expectativas de un refuerzo cuando viene que la nuestra, la misma hambre de héroes y triunfalismo nos hace pecar que nos basta que cualquier jugador venga, haga dos o tres partidos buenos y lo hagamos nuestro nuevo héroe y le mandamos mensajes diciendo “no te vayas nunca” “eres un crack” etc. Que hasta el mismo jugador debe sentirse en una zona de confort diciendo con qué poquito tengo feliz a una hinchada.
Pongámonos en el lugar de un jugador, llegamos a un equipo con las mejores nóminas de todo el continente, tener los privilegios como ningún otro club, pero con la diferencia que aquí no hay exigencia por la directiva, ni por nadie, únicamente por la siempre maltratada afición que su misma directiva los silencia y bloquea; no se han preguntado ¿por qué normalmente cualquier jugador que sale de Cruz Azul curiosamente en otros equipos su rendimiento aumenta? Les podría decir varios nombres, solo hagan memoria de unos tres o cuatro y la respuesta es sencilla, nuestro equipo está para complacer al jugador y no a la afición por tanto no quieren salirse nunca de la zona de confort.
Y esto no es debatir sobre si nos bajamos del barco o no; puedo decir que mi hermano mayor, quien es el autor intelectual a que mi amor por Cruz Azul fuera desde niño medecía “Es más fácil cambiar de mujer o religión que de equipo” todos sabemos que eso no cambiará, simplemente no se puede.
Recién acabamos de ser espectadores de la hazaña mayor en la historia del fútbol y me atrevo a decir de cualquier deporte desde mi punto de vista, donde el Leicester en Inglaterra, equipo recién ascendido compitiendo contra potencias mundiales les jugaron tú a tú hasta que durante todo un año fueron los mejores y quedaron campeones, eso sí es para que les hagan monumentos e inmortalicen a toda la plantilla que demostraron como el trabajo en equipo y sus ganas de triunfar al igual que el amor a su camiseta pueden más que lo económico, ellos pudieron fácilmente estar en su zona de confort diciendo que eran el “patito feo” de la Premier League y contra todo pronóstico resultaron campeones.
No podemos echar campanas al aire cuando hacemos dos o tres partidos buenos, esto no es de un día a otro son años que tenemos arrastrando el ayuno que debemos ser más exigentes con los jugadores porque sino somos unos cómplices más de la directiva y su endeble exigencia, nos convertimos en una afición conformista y siempre esperanzada.
Sintámonos orgullosos de ser parte del equipo más ganador en el menor tiempo, ya que somos un equipo relativamente joven, pero tenemos que regresar a nuestros orígenes donde los héroes se hacían en la cancha y no en un comercial, donde los jugadores jugaban por amor propio al equipo, lastimosamente son otros tiempos y no se puede comparar, pero a mí me da mucho pesar saber que las nuevas generaciones prefieren apoyar a un equipo como Tigres, como Monterrey, como Santos que por equipos de antaño, que ganaban finales épicas y que simplemente no la “cruzazuleaban”.
No queda más que esperar otro torneo más y ya no señalar más culpables, al final de qué sirve decir que los hermanos Álvarez son una enfermedad para cruz azul, que el cáncer ya todos sabemos que se llama Carlos Hurtado, eso lo venimos diciendo y sabiendo años, muchos años atrás y no ha cambiado nada, pero sí hagamos lo que a nosotros nos corresponde, ser una afición que debe exigir al equipo, que hagan un compromiso y que sientan vergüenza deportiva por ponerse la camiseta que un día portó “El Gato” Marín, Horacio López Salgado, Héctor Pulido, Carlos Hermosillo, Francisco Palencia, por decir algunos.
Debemos exigir lo que corresponde irle a un equipo llamado “grande” en México, no seguir solapando estos resultados, les reitero, el amor no cambia yo creo que hasta lo hace más enfermizo porque entre más nos fallan, más fácil los perdonamos y darnos cuenta que irle a Cruz Azul no es cuestión de gustos, es más que un sentimiento, irle a Cruz Azul no cualquiera.
Escrito por:
Luis Adrián GB
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@Luisgb1987
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